Era un día gris, de esos que te
dejan sin ganas de hacer nada, Lilith se levantó y no tenía ganas de desayunar,
ni de vestirse para ir al colegio.
Comenzó su rutina, entró en el
baño a hacer pis, el espejo de la pared le devolvió su imagen y justo tras ella estaba su osito Pico, la
observaba con su brillante color fucsia y sus enorme ojos de botón negros,
Lilith le dijo:
- Vale Pico, que ya me animo, lo
haré por ti- pero no lo consiguió se sentía igual, se fue a la cocina a
desayunar.
- Lilith, ¿te encuentras bien?,
se te ve cansada y triste- dijo su mamá
- No sé mamá, estoy gris como el
día- contestó ella
- Pues arriba ese ánimo, ya sabes
lo que dice la canción “el sol brillará, mañana, ya verás que pase lo que pase,
sale el sol…”
- Vale Mamá, ya me animo, lo haré
por ti- pero no lo consiguió, se sentía exactamente igual.
Fue a su cuarto y comenzó a
preparse para ir al colegio, escuchó la voz de su madre que le decía;
- No olvides coger el paraguas
por si llueve, y abrígate que hace más frío que ayer-
Entonces sonrió, pensó en la
cantidad de veces que había escuchado esa frase u otras parecidas. Se asomó a
su ventana y dijo en voz alta:
- Venga ya Lilith, a animarse, lo
haré por mí- comenzó a sentirse bien.
Y es entonces cuando el día se
hizo luminoso y hermoso, con un bonito cielo gris cubierto de nubes, con una
lluvia que lo moja todo y proporciona olores de tierra mojada, pasó a ser lo
que Lilith bautizó como los días grisoleados.
Que el día sea o no gris depende de ti.
ResponderEliminarPrecioso.... me lo llevo a cuartodecontadores!
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