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Lenon se ha hecho "pupa"



¿Qué le pasa a Lenon?, ¿por qué no juega?, eso dijo Adriana cuando vio a su perro tumbado y dormitando, -esta mañana, durante el paseo se ha hecho daño-, -ooh, tiene pupa?- me contestó, -sí cariño-, -y cómo se ha hecho pupa?- entonces comencé a contar:


Corriendo y jugando estaba nuestro perrito Lenon con su amiga Kenia cuando vió un grupo de mulas que estaban comiendo en la pradera, se fue hacia ellas a decirles,
- hola, yo soy Lenon y soy un perro, ¿vosotras qué sois?,
- somos mulas y  déjanos tranquilas que estamos comiendo
- ¿mulas?, parecéis caballos, ¿os apetece jugar?
- déjanos tranquilas!!
- pero yo quiero que juguemos, venga seguidme….

-Lenon, Keni, venid, dejad en paz a las mulas-, grité mucho para que me oyeran. Volvieron, pero Lenon lo hizo cojeando. Pensé, "se habrá torcido la pata de tanto correr y saltar".
Paso un rato, otro rato y Lenon seguía cojeando hasta que se paró en mitad del camino y me dijo:
- guau,guau.....no puedo moverme más, me duele mucho-,
Yo miré a mi amiga y le pedí que se quedara con Lenon para ir a buscar el coche.
Regresé y subí a Lenon en brazos, no se podía mover, iba camino de casa cuando vuelve a decirme -guauguaug.... me duele-  así que varié el rumbo y me fuí hacia la clínica veterinaria.

Cuando llegamos, Luis (el veterinario) dijo:
- pero Lenon, ¿quién te ha dado un golpe?,  le miré sorprendida y exclamé
-¡un golpe!, ¿puede haber sido una coz?, ha estado jugando con las mulas y quizá…
Luis me interrumpió diciendo:
- seguro que es una coz, tiene la pata inflamada, voy a curarle y tendrá que estar una semana sin salir a correr.
Volvimos a casa, Lenon se sentía muy tranquilo, aquella medicina que le habían pinchado le quitó todo el dolor, yo estaba preocupada, me quedé junto a Lenon, dándole mucho amor con sus manos.

 
 Imagen tomada del blog de una amiga

Mientras le acompañaba le dije –, escucha bien, cuando una mula te diga que NO, hazle caso o te dará un coz.

Lenon y el conejo

 
 
 
Aquella mañana hacía un sol radiante, había amanecido despejado, era un precioso sábado de otoño,  mamá cogió a Lenon, nuestro perro, y se fue a pasear, había quedado con su amiga Susana y con su preciosa perra Kenia. Cuando llegaron al campo pudieron ver que había cazadores por todos lados,
- vaya, ha comenzado la temporada de caza, qué lástima Lenon, hoy no podremos soltaros
Continuaron el paseo charlando y riendo, al cabo de un rato llegaron a un campo grande, muuuy graaande, miraron a un lado, a otro,- parece que no hay nadie, ¿verdad?, yo creo que aquí podemos soltarles- dijo Susana, y dicho y hecho, soltaron las correas de Lenon y de Kenia.
Los dos perros se miraron y comenzaron a correr Lenon decía –guauguauguau- que en su lenguaje significa “vamos Kenia a jugar” y Kenia contestaba –ggrguauggrguau- que significa “ya voy, espera, que no veo”. Saltaban las cepas, olisqueaban cualquier cosa que encontraban, esquivaban obstáculos y corrían de acá para allá.
Mamá y su amiga continuaron el paseo charlando muy animadamente, tanto, que no se dieron cuenta de que en lo alto de una loma había 3 cazadores con sus galgos,
- Kenia, Kenia, ven- gritó Susana, y Kenia vino corriendo a su lado, -buena chica- y la ató.
Mamá miró buscando a Lenon, pero era tarde, Lenon iba corriendo deprisa, muy deprisa detrás de un conejo. El conejo corría –tui, tui, tui- y Lenon detrás –patam, patam, patam-, el conejo cada vez se iba alejando más de Lenon, y miraba con un sonrisa burlona –no me vas a coger, no me vas a coger- , y Lenon le decía –espera, que quiero jugar, espera-.
Los cazadores también soltaron a sus siete galgos que comenzaron a perseguir al conejo. El conejo cuando los vio, abrió los ojos como nunca antes lo había hecho –mamaaaa, mamaaaa, que me cogen-, los galgos sobrepasaron a Lenon –tacatátacatátacatá- y Lenon –patam, patam, patam-, cuando casi le habían alcanzado, el conejo llegó a su madriguera.
Entró en su casa y cerró la puerta de golpe, asustando a la mamá coneja que estaba leyendo,  no paraba de resoplar, la mamá coneja  sobresaltada le dijo –¿se puede saber por qué vienes tan nervioso?-
- mamá, mamá, es que…, venían detrás de mí un montón de perros!!!
- ¿cómooooo?, cuántas veces tengo que decirte que “los días de caza no salgas de casa”
- ya mamá, pero hacía tan buen día que yo… pensé que…

Los galgos dieron media vuelta para volver con los cazadores y se encontraron con Lenon que les dijo –dónde vais-, -nos vamos con nuestros amos- contestaron los galgos, -¿puedo ir con vosotros?- y  comenzó a correr junto a ellos.
Mamá que le ve le grita: -Lenon, ¿adónde vas?, ven aquí- y Lenon se va corriendo con una sonrisa de oreja a oreja hacia ella.
- Anda grandullón, que menudo susto le habéis dado al pobre conejito.
Sin duda, había sido un gran día para Lenon y el conejo.