Ino era una niña feliz, vivía en
un precioso pueblo extremeño, creció en la Dehesa, un bosque claro de encinas,
se pasaba el día jugando, tenía el pelo largo y siempre lo llevaba recogido en
dos moñetes. Su padre trabajaba cuidando los cochinos del dueño de la Dehesa,
Ino se pasaba el día junto a él.
Un día la hija del dueño decidió
casarse e irse a vivir a Madrid, le pidió a la familia de Ino permiso para llevársela con ella. A Ino le pareció una idea
excelente, tenía 13 años, ir a la
capital se le antojaba una fantasía maravillosa, ella jamás había salido del
pueblo, así que accedió y se marchó.
Cuando llegó a Madrid todo le
parecía enorme y ruidoso, recordaba los consejos de su abuela, entre ellos “- no te quedes mirando los escaparate embobada
o pensarán que eres una paleta-“, pero no podía evitarlo, esos preciosos
escaparates llenos de cosas tan bonitas le parecían un sueño, en esas andaba
cuando le dice la hija del dueño de la Dehesa,
- Ino vamos a ir a cortarte esos
moñetes porque así pareces de pueblo.
- Ya, es que es lo que soy-
contestó Ino
- Sí, pero estarás más cómoda y
bonita si te los cortas, venga vamos.
Fueron a una peluquería situada
en una segunda planta de un gran edificio;
- Qué habitación más rara, qué
pequeña, ¿qué hacemos aquí?, pensó Ino para sus adentros, la habitación comenzó
a moverse e Ino no pudo contener un grito de espanto.
- Ja,ja,ja, tranquila, que no va
a pasar nada, esto es un ascensor- le dijo la hija del dueño de la Dehesa.
Al llegar la sentaron, le lavaron
la cabeza y peinaron su preciosa melena, para en un abrir y cerrar de ojos,
cortarla. A Ino se le borró la sonrisa que la acompañaba, sus ojos se abrieron
de par en par;
- ¿Qué te parece niña?
- No me gusta, quiero que me
peguen de nuevo mis moñetes- les dijo Ino en voz muy baja,
- ¿Cómo dices?
- Que no me gusta, quiero mis
moñetes- volvió a contestar, esta vez un poco más alto.
- Pero Ino, el pelo no puede
pegarse, tendrás que esperar a que te crezca.
Con el corte de sus moñetes se cortó
también su niñez, comenzó la andadura de Ino en la ciudad, no volvería a la
Dehesa hasta 1938, huyendo del hambre en Madrid.
Si te interesa puedes conocer el por qué de las Historia de Ino.
¡¡precioso!!
ResponderEliminarSupongo que será el principio de un montón de historias (toda una vida), que espero compartas con nosotros.
Que suerte tiene tu abuela de tener una nieta como tú.
Y ella lo sabe.
TQ
Gracias, pero siento que yo soy la afortunada por tenerla. Yo también tq.
ResponderEliminarLurdes te vas suprando... van inclyuyendo tus ideales y personalidad, me ha encantado, gracias también yo porque podamos compartir tu talento
ResponderEliminarte quiero. Serán apasionantes estas historias de tu abuela, cómo se te ocurrió lo de los moñetes??
Los moñetes existieron, los llevaba y se los cortaron, a veces me he burlado cuando me contaba la historia y le he dicho "abuela, parecerías la Dama de Elche" y ella me miraba sin saber de qué narices la estaba hablando.
ResponderEliminarAndar hacia lo nuevo no debería llevar asociado el olvido de nuestra esencia. Aquellos 'moñetes' eran lo que hacía distinta a Ino.
ResponderEliminarGracias por dejarme asomar a esa parte de tu vida tan especial, tus raíces.
Bss!