Jugando al escondite

Volvíamos de un cumpleaños, ella sobre mis hombros, mis vértebras gritando "¡qué pesa mucho!", yo haciéndome la sorda y en esas estaba cuando mi hija me dice "cuéntame cosas mamá", es la manera que tiene de pedirme que le cuente algo que no sea un cuento, y comienzo a contar:

- Está atardeciendo cariño, ¿ves como se va haciendo de noche?, eso significa que comienza el juego del escondite. Ahora le toca al sol, él se va a esconder y ¿sabes quién saldrá en su busca?

- síííííí, la luna mamá

- claro tesoro, espero que hoy no se despiste y pueda encontrarle

- ¿y por qué se va a despistar?

- porque la luna comienza la búsqueda pero en cuanto se encuentra con una estrella, se pone a jugar, y se olvida de buscar al sol, otras veces se entretiene haciendo cosquillas a las nubes, y por una u otra cosa al final tiene que salir el sol y decir; ¡eh tú luna, me buscas o no!, y ella que le ve corre a esconderse para que la busque el sol, así llevan una eternidad.

Otras veces, el sol no se esconde y la luna cuando le ve le pregunta "¿por qué no quieres jugar?" y el sol le dice "hoy quiero hablar contigo, tengo que contarte algunas cosas que me han pasado" y esos atardeceres podemos ver en el cielo a la luna y al sol cada uno a un lado, charlando de sus cosas hasta que se deciden a jugar.

- ¿y por qué a veces la luna es un cachito?

- porque la luna tiene un armario muy grande en el que caben muchos vestidos, a veces se pone el redondo, otras el que parece una sonrisa, otras el de medio círculo, lo hace para decirnos algo, pero esa es otra historia.

Aquella noche, cuando acosté a mi hija comencé a pensar, cuéntame cosas..., cuéntame cosas...., bonito título para un blog.