El tomate "suertudo"


Tenía mucho frío, quería salir de aquella nevera, no hacía más que soñar con que la próxima vez que se abriera la puerta la mano se dirigiría a él para cogerlo. 

- Tengo frío- dijo el tomate.
- Ya lo sabemos todos, llevas dos días diciendo lo mismo- contestaron el resto de alimentos que estaban en la nevera.
- Ya veréis como el siguiente en salir de aquí soy yo- replicó el tomate.

Se oyeron unos pasos que se acercaban y se abrió la puerta, el tomate no paraba de gritar;
- A mí, cógeme a mí!!!.

La mano se dirigió hacia él y se oyó una voz,
- ¡Qué gran ensalada vamos a preparar, vaya tomate más rico!
- Gracia, gracias, qué mano más calentita – contestó el tomate.

Le acercaron a un grifo del que salía un maravilloso chorro de agua, el tomate se sintió muy afortunado, nadie jamás le había mimado así, le estaban bañando y pensó que ahora sí que estaría radiante.

Le depositaron sobre una tabla, y un gran cuchillo se acercó a él partiéndolo en trozos.
- Viva, ahora soy más ligero, vaya suerte la mía- dijo el tomate

Luego sintió como volvían a cogerle y le echaban sobre un bol junto a  su amiga zanahoria, y la tan querida lechuga, a las cuales también habían aligerado.
- Hola chicas, estoy encantado de estar aquí con vosotras, ¿imagináis un sitio mejor que éste?, yo no, , ¡qué suerte la nuestra!- les dijo el tomate.

Les rociaron con aceite y un poco de sal.
-¡ Qué brillantes estamos, y qué bien olemos!-  exclamó.

De repente se escuchó la voz de una niña que decía –mamá, puedo probar la ensalada-
-Claro cariño- contestó su mamá, y un reluciente tenedor se acercó al bol,
- Qué cosquillas, ja, ja, ja- seguía parloteando el tomate cuando sintió que el tenedor lo elegía a él.
 - Mamá, está riquísimo este tomate- exclamó la niña.
- Nunca estuve tan calentito, ¡QUÉ SUERTE LA MÍA!- se oyó decir al tomate.

2 comentarios: