Había estado todo el día jugando, estaba cansada, pero no podía dormir, el sueño le venía y se le iba, volvía a venir y se volvía a marchar, hasta que al final dijo:
- mamá, no puedo dormir
- claro que puedes, solo tienes que cerrar los ojos,
- pero mamá, yo quiero dormir con los ojos abiertos,
- pues hazlo, nada te lo impide, pero para que se encienda tu estrella tienes que estar muy dormida,
- ¿cómo se enciende mi estrella?
- las noches son mágicas, y cuando llega además de comenzar el juego del escondite entre el sol y la luna comienza también el trabajo del sueño, el se encarga de acercarse a cada cama, a cada cuna y dar su calor. Te acaricia, te desea felices sueños y buenas noches y así, poco a poco, te vas encontrando tan agusto que caes profundamente dormida. Entonces el sueño vuela alto, muy alto hasta el cielo y enciende tu estrella.
Hay tantas estrellas encendidas como niñas y niños dormidos, y, por la mañana cuando sale el sol se van apagando una a una según abrís vuestros ojitos, esperando a que llegue de nuevo la noche para lucir con brillo en vuestros sueños.
- Zzzzzzzz, Zzzzzzzz
- me voy volando a encender tu estrella.
Que bello!
ResponderEliminarGracias, hay versiones dependiendo de lo cansada que esté la ratita, a veces, el sueño tiene aliados como los mimos que ayudan con bonitos cuentos, con los susurros y el confort.
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