Una amiga, un tesoro


Me ha enviado esta historia una amiga, gracias, me ha encantado.


Cuéntale esta historia a Adriana cuando la pueda entender,

Erase una vez dos niñas que se conocieron en un momento especial de sus vidas, justo en ese instante en el que la infancia empieza a despedirse, pero lo hace lentamente y la adolescencia viene a ocupar su lugar… quizá por eso, porque eran niñas y porque eran especiales, desde el primer instante en el que se vieron, la amistad surgió con fuerza, la complicidad fue su gran aliada y la pasión por la vida su compañera de viaje.

Así hemos vivido, ancladas, la que posiblemente haya sido la mejor etapa de nuestras vidas. Afortunadas y especiales por tenernos la una a la otra. El vínculo creado ha sido tan intenso, que perdura aún, fuerte como un roble, a nuestros 40 años. Y lo que perdura, es nuestra capacidad de disfrutar de los momentos juntas.

Y volvemos a nuestra infancia cuando nos contamos las tristezas y las penas que el mundo adulto nos ha traído, y nos consolamos, como la primera vez que lloramos abrazadas.  

Y volvemos a nuestra infancia cuando apaciguamos nuestra angustia, como cuando tu madre me contaba cuentos en la cama para que me pudiese dormir si había algo que me inquietaba.

Y volvemos a la infancia cuando yo me hago la dura y ridiculizo la extremada sensibilidad de tu madre…. Y ella me lo permite con cariño…

Y volvemos a la infancia, cuando tu madre se burla de ingenuidad y de mi preocupación por ser correcta….y yo se lo permito con cariño….

Y volvemos a la infancia, juntas, en tantos momentos de nuestra vida adulta….

Ojalá Adriana y Celia encuentren en su vida un vínculo tan fuerte y sano como el nuestro, querida amiga.

1 comentario:

  1. Eso espero, que sepan apreciar el tierno cuidado que da la amistad sincera. Espero que la encuentren y la mantengan, que la mimen y le den amor, les enseñaremos a hacerlo.

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