La niña bailarina

Aquella niña no paraba de bailar, era lo que más le gustaba en el mundo, iba bailando a todos los sitios.

Un día comenzó a dolerle un pie,  con sorpresa comprobó que sus zapatitos se habían roto, intentó ponerse a bailar pero no podía, le dolía mucho. Se sentó y muy triste se puso a llorar.

Su llanto lo escucharon las hadas que acudieron muy deprisa a comprobar qué ocurría.

-¿ Por qué lloras nina?- le preguntaron

- Porque mis zapatos se han roto y no puedo bailar- contestó la niña

- ¡¡Pero por eso no se llora!!, venga levanta y ven con nosotras a buscar materiales para arreglarlo.- le dijeron las hadas.

La niña obedeció y se fue con las hadas, encontraron  un trozo de cuero por aquí, un trozo de tela por allá, una cinta.

-¡Ya lo tenemos todo!- exclamaron las hadas.

 Y se pusieron a arreglar los zapatos, al terminar la niña se los probó.

-¡¡ Me quedan mejor que antes!, ¡qué cómodos!  ¡qué bonitos me los habéis dejado!!  Gracias, mil gracias. – les dijo la niña.

- De nada, ha sido muy divertido ayudarte, pero recuerda, cuando algo se rompa, antes de llorar comprueba si se puede arreglar- le dijeron las hadas.

La niña sonrió asintiendo con la cabeza y comenzó a bailar, a bailar, a bailar.